lunes, 8 de marzo de 2021

La victoria de Laporta

Considerándome no independentista, y tratándose de ese equipo del régimen separata que es el Fútbol Club Barcelona, creo que la mejor opción a la que se podía aspirar para acabar hundiendo al més que un club es que lo presida Joan Laporta, como así va a suceder después de que escrutado el voto de las elecciones del 07/03/2021 haya obtenido una abultada victoria con el apoyo del 57% de los socios. 

Razones para pensar así hay unas cuantas: 

En primer lugar, por la situación económica del club. Si con el mejor Barça de la historia y teniendo como responsable económico a Sala i Martin -ese al que los independentistas se empeñaron en definir como el mejor economista del mundo, seguro ganador del Premio Nobel de Economía cada año-, no consiguieron generar beneficios, con un Barça terrenal en lo deportivo y en bancarrota en lo económico, y con un equipo gestor presuntamente más flojo, pueden suceder cosas interesantes. Ya se verá, pero lo mismo dentro de un par de años se tienen que cambiar el nombre a F.C. Badalona.

Después está el aspecto deportivo. Supongo que ahora Laporta hará un proyecto de futuro que girará en torno a… Messi. Casi suena a chiste, pero así es. Desde mi punto de vista, por impopular que sea, el club del régimen estelado debería haber vendido a Leo cuando este lo pidió, cobrar una buena cantidad de millones, librarse de su estratosférica ficha anual, y fichar a dos o tres cracs mundiales emergentes. Ahora, todo eso va a ser mucho más difícil, primero porque el voto sentimental a Laporta va dirigido a repetir glorias pasadas con Messi como protagonista, y segundo porque el jugador puede irse gratis a final de esta temporada, si así lo desea. Por lo que no creo que vaya a aceptar una rebaja de ficha muy relevante.

Por el lado identitario o político, tampoco es que me preocupe mucho. Al final, el Barça es un club deportivo y a nadie le importa un pimiento a lo que algunos piensen que representa. De hecho, creo que la presidencia de Laporta puede contribuir a generar más desafección y desunión dentro del club que a otra cosa, como ya ocurrió en su etapa anterior, a pesar de ganarlo todo. Desde luego, no creo que el carácter de chulo playa de Laporta, versión masculina de Elisenda Paluzie, ayude a mejorar la imagen de club sometido al mediocre panorama político secesionista. 
Es cierto que, para los independentistas, controlar este tipo de cosas es importantísimo. Solo hay que ver como en la misma semana de las elecciones quisieron dar un impulso a la candidatura de Laporta, ordenando a los Mossos la detención de Bartomeu. ¡Los Mossos, esa policía que no ha descubierto ni un solo caso de corrupción en la Cataluña de la mafia del 3% y de chanchullos varios! Pero también sabemos que todo lo que tocan los secesionistas acaba con su prestigio por los suelos. Ahí tenemos a la propia ANC o Òmnium Cultural, ya convertidos en simples grupos de presión de la ultraderecha rancia identitaria, la insignificante Generalitat de Catalunya, el Parlament-circo, o la Cámara de Comercio de Barcelona. Vulgares ídolos con pies de barro al que esperemos que pronto se una el Barça, si es que no lo está ya.

En fin, creo que pueden ser años muy gratificantes para los no independentistas, así que solo queda felicitar a Laporta, ¡y força farsa! 


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