sábado, 13 de julio de 2013

Respuesta a Sergi Castañé y su neutralización de las balanzas fiscales

Como buen independentista, compruebo que Sergi Castañé López (no sé si su apellido es con ñ y lo tunea con ny, o al revés) sólo publica en su blog las respuestas que le interesan, como si eso le diera la razón en algo.
Pero como no me gustan los manipuladores baratos, he decidido publicar aquí esta respuesta a su artículo http://sergicastanye.com/2013/07/09/neutralizacion-de-las-balanzas-fiscales/, que, por supuesto, reenviaré a su twitter @SergiCastanye por si se digna a contestar.
Aquí dejo la respuesta, tal y como la escribí en su momento (aunque espero publicar en breve un post más amplio sobre las balanzas fiscales):


Ay Sergi, me parece que como buen independentista escuchas campanas pero no sabes muy bien dónde.
Neutralizar las balanzas fiscales significa considerar que el Estado cierra el año con las cuentas equilibradas, es decir, sin déficit o con déficit 0. Esto ya de por sí provoca cierta carcajada, pero es que, por si fuera poco, tu queridísima Generalitat, a la que tanta credibilidad das, considera que esto se hace cada año y que además se hace mediante el pago de impuestos, es decir, por la vía de los ingresos, es decir, considerando que el Estado ingresa tanto como gasta, cuando la realidad es que, si se hiciera, también se podría hacer reduciendo la inversión.
De esta forma, la Generalitat no emplea la recaudación real obtenida en CAT para calcular las balanzas fiscales (aproximadamente unos 50.000 millones, según datos oficiales), sino que le suma, nada más y nada menos, unos 11.000 millones ficticios que se supone que hemos pagados los catalanes pero que en realidad no hemos pagado. Y lógicamente, a no ser que seas el contable del Palau o de CiU (por qué no decirlo, también del PP), en la contabilidad no es demasiado correcto apuntarse lo que no se paga.
Lo mejor de todo esto para la gente de tu estilo, vulgarmente conocidos como independentistas, es que como el déficit del Estado no se paga en un año, y de hecho la variación es muy pequeña de un año a otro, podéis decir que un año hemos pagado 11.000 millones y que al siguiente volvemos a pagar 11.000 o 10.000 (ya que el déficit seguiría siendo casi el mismo), cuando en realidad habríamos pagado 1.000. Y así sucesivamente, año tras año, podríais completar hasta el infinito vuestro añorado sueño de manipular al pueblo de Cataluña.
Pero venga va, ya que os gusta mentir al pueblo de CAT y decirles que cada año pagan de golpe la deuda que le corresponde del Estado según su población, supongo que sería interesante que explicarais por qué el gasto que realiza el Estado no se contabiliza según la población de CAT, que sería lo lógico y honesto, y en vez de ése se emplea otro criterio.

Sin ir más lejos, el gasto que le corresponde a CAT en Política Exterior según su población, en el año 2010, es de 112 millones de euros pero la Generalitat en sus cuentas sólo contempla 1; en Defensa a CAT le corresponderían 1.245 pero la Gene sólo considera 362; en Justicia 273 y la Gene habla de 85; en Servicios Sociales 122 y la Gene dice 45; etc, etc. Así es muy fácil tener déficit fiscal, y más si, para acabar de rematar la manipulación, la Generalitat considera que es déficit con el ESTADO los 2.700 millones de déficit que CAT tiene con la UE; o si no incluyes los saldos con la Seguridad Social, que en el año 2010 representaron un saldo positivo para CAT de 2.789 millones.

viernes, 21 de junio de 2013

El independentismo transversal y el somiatruitismo existencial

Algunos consideran que el independentismo es transversal, ¿pero qué significa realmente eso del “transversalismo”? ¿Gente qué piensa totalmente diferente pero que tiene un punto en común? Es decir, que sería algo así como considerar que Jack El Destripador y Rocco Siffredi son transversales, ya que ambos querían “cepillarse” a todo el mundo.
            En fin, dejando de lado la coña, creo que hay que prestar atención al ciclo de vida o evolución de las ideas políticas.
Ahora mismo el independentismo está en su primera fase de idea política, que yo definiría como “somiatruitismo existencial”. Ya sabemos de qué va: la independencia solucionará todos nuestros problemas; todo el universo defenderá a los independentistas hagan lo que hagan, incluso la OTAN bombardeará España si es necesario, y no descartemos que la UE expulse a España y acepte a Cataluña de inmediato; bajarán los impuestos, mejoraran los servicios sociales y los que no, y el resto de españoles seguirá consumiendo el mismo nivel de productos catalanes porque yo lo valgo, etc.
Tratando de hacer un símil, sería la situación anterior a la que Chávez accediera al poder en Venezuela.
            El problema es que después de esta fase viene la época de maduración de las ideas (en el caso de Venezuela, de Maduro) en la que salen a la luz las carencias de las ideologías. Europa del este ya lo vivió con el comunismo: hicieron el muro para no entrar, y acabo siendo para no salir. En el ejemplo que estoy siguiendo, el de Venezuela, lo mismo: el chavismo lo iba a solucionar todo, y ahora tienen hiperinflación, falta de alimentos básicos, etc. Y es que no es lo mismo hacerse el “salvapatrias” en la oposición, que tenerlo que demostrar en el gobierno. Y ahí tenemos el caso de CiU en Cataluña, sin ir más lejos.
            Finalmente, si entramos de lleno en el tema catalán, por muy transversales que quieran hacerse los supuestos independentistas, aquí todos tienen ideas diferentes: en ICV dicen estar a favor del derecho a decidir, que no necesariamente a favor de la independencia. Pero a decidir qué, ¿sólo la independencia o, por ejemplo, también en qué se recorta, o a escoger lengua vehicular en la escuela, etc?; El PSC, respecto al derecho a decidir está un poco como ICV, y respecto al referéndum por la independencia proponen que sea dentro de los márgenes legales; ERC quiere un referéndum aunque sea ilegal, y si hace falta una declaración unilateral de independencia; los de las CUP, básicamente, sólo contemplan la independencia si ésta incluye a los llamados Països Catalans, y siempre que ésta conlleve un sistema social más parecido al comunismo que a otra cosa; y CiU… bueno, CiU no sabe exactamente qué quiere: unos días quiere lo que ordene Junqueras, y últimamente parece que optan por un referéndum dentro de los márgenes legales (algo lógico, pues ilegales ya se han hecho en casi todas las poblaciones catalanas con el resultado que todos conocemos).

            Por todo ello, los NO independentistas tenemos que seguir centrándonos en la argumentación, en el estudio de las consecuencias que tendría la independencia para Cataluña (aunque a veces parezca inútil hacerlo debido al bajo nivel contraargumentador del adversario político), y ellos que sigan centrados en su eterno “somiatruitismo existencial”. ¿Realmente alguien piensa que a los del PNV les gusta una independencia a lo Bildu? 

lunes, 10 de junio de 2013

Cuando el incentivo se consigue gobernando mal.

Incentivo, según la RAE, significa: m. Econ. Estímulo que se ofrece a una persona, grupo o sector de la economía, con el fin de elevar la producción y mejorar los rendimientos. Y se busque la definición que se busque, todas tienden conceptualmente a lo mismo, es decir, a considerar que es la recompensa que se obtiene por lograr una mejora.
Esto, aplicado a la política, y partiendo de que tiene una aceptación positiva, debería significar algo así como el aumento de votos obtenido por el partido político que hace las cosas bien, pues es ésta una actividad que puede expresarse sin demasiados problemas en estrictos términos mercantiles: Un partido ofrece promesas electorales (en el caso de las empresas sería un producto o servicio), que si satisface las necesidades o expectativas que tienen los diversos electores es adquirido mediante el voto (símil del pago que realizarían los consumidores para adquirir el producto o servicio de una determinada empresa). Por supuesto, si hablamos de empresas, después se produce una especie de feedback, una racionalización a posteriori en la que se evalúa la compra realizada. Si el cliente no ha quedado satisfecho, por regla general, pierde la confianza en el producto y no vuelve a comprarlo.
En principio, esto último también debería darse en política, pero precisamente si he dicho que el incentivo en política “debería significar algo así como…” no es por casualidad, pues en el caso de la política catalana suele suceder lo contrario: Y es que parece que cuanto peor gobiernan ciertos partidos, más votos reciben. Sin ir más lejos, ahí tenemos el ejemplo de los de ERC, a los que no se les conoce mayor mérito excepto el de ser unos eternos victimistas.
¿Por qué sucede esto? Pues seguramente porque el producto que venden los partidos soberanistas es más emocional que racional, y ya se sabe que lo emocional es mucho más manipulable que lo racional. Sobre todo si mantienes hipersubvencionados a ciertos medios de información, públicos y privados, y a esos supuestos prescriptores o sherpas “patrióticos”, para que creen la opinión que te interesa.
Noam Chomsky ya dio algunas pistas sobre el tema en el segundo de sus reconocidos 10 principios de manipulación mediática. Según el filósofo estadounidense, éste consistiría en lo siguiente: Se crea un problema para poder ofrecer la solución que interesa. A esto, también se le conoce como “problema-reacción-solución”. Es sencillo y eficaz: Se crea un problema deliberadamente, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste se convierta en el demandante de las medidas que se desean hacer aceptar.
En Cataluña, esto se traduce fácilmente: se pretende vender una solución a todo, que es la consabida independencia. Para ello hay que crear un problema, y se crea a base de gobernar ineficientemente a más no poder, por ejemplo, recortando lo máximo en servicios sociales mientras se aumentan o se mantienen las partidas para temas “identitarios” y para el citado ejército de organismos y medios hipersubvencionados, mientras que, por supuesto, no se hace nada para superar la crisis económica (más bien se fomenta a base de inestabilidad). La reacción es lógica: la gente se mosquea, y pide explicaciones. Pero precisamente para eso se ha hipersubvencionado a los “allegados”, cuya función principal es la de difundir que la culpa de todo es de España, y que la solución a todos los problemas de Cataluña es la independencia.
Y sí, lo cierto es que con esa estrategia los partidos que la practican han aumentado históricamente sus votantes en el principado (o han conseguido mantenerlos) en las épocas más difíciles de gestionar: las crisis. Y es que ya se sabe, las estrategias de manipulación pueden conseguir que a veces el incentivo se consiga haciendo las cosas mal. Y en eso siguen los independentistas.

domingo, 24 de marzo de 2013

Los nazionalistas y Goebbels.


Estos últimos días hemos asistido a la indignación de cierto tipo de personas, producto de las desafortunadas declaraciones de Rodríguez Ibarra comparando a los independentistas con nazis.
Paradójicamente, estos indignadísimos suelen ser los mismos que se pasan el día insultando a todos los españoles (como bien puede comprobarse en internet), llamándonos cualquier cosa que les parezca oportuna: africanos en modo despectivo, antidemocráticos, inútiles, ladrones o analfabetos son típicos argumentos que utilizan en contra de nosotros y nuestros hijos, sin que eso les suponga algún tipo de conflicto moral o condena por parte de nadie. Por supuesto, ellos jamás practicarán la autocrítica cuando, por ejemplo, un historiador llamado Josep Fontana publica un artículo titulado “La deriva nazi del PP” en El Pariódico de Catalunya; como  tampoco lo hicieron cuando la presidenta de Òdium Cultural, Muriel Casals, afirmó que educar a los niños en un sistema bilingüe es propio de padres maltratadores. Eso sí, si Santiago Espot promueve el boicot a los productos españoles tienes unos cojones inmensos; y si el espinado mercenario Carod-Rovira rinde Cataluña al terrorismo etarra, lógicamente vanagloriándose que ETA deja de matar en Cataluña porque Cataluña no es España, es una especie de visionario del Next State In Europe que ganará el Premio Nobel de la Paz como mínimo dos años seguidos.
Aún así, Ibarra se equivocó. No debió ser tan exagerado, y sí centrarse algo más en lo concreto y realista. Obvio es que no hubiera despertado tantas críticas si sencillamente se hubiera limitado a decir que los independentistas son cercanos al fascismo, por ejemplo, en la estrategia de información que aplican, por no decir ya en el fomento del espíritu nacional independentista que fomentan, o en la concepción que del mismo sistema democrático basado en el Estado de Derecho que tienen.
Como muestra, un botón: Aquí van los 11 principios de la propaganda según Goebbels, que tan bien han ido implantando los independentistas durante estas últimas décadas en Cataluña (y me atrevo a decir que en Euskadi):
1.    Principio de simplificación y del enemigo único: Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
“España nos roba” o “la culpa de todo lo malo que pasa en Cataluña es de España” (o el eufemismo Madrid), son expresiones que todo buen pero que buen catalán tiene que expresar al menos una vez al día.  
2.    Principio del método de contagio: Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
Tanto da de quién provenga la opinión si no gusta a los independentistas. Puede expresarla un socialista, un popular, un catalán o una persona del resto de España, un profesional muy cualificado o poco, que si no gusta a los independentistas automáticamente se etiqueta como la opinión de un vulgar españolista opresor del pueblo de Cataluña.
3.    Principio de la transposición: Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.
Cataluña está mal gestionada por culpa de España; cuando se detiene a un corrupto independentista no se está deteniendo a un corrupto independentista sino al pueblo de Cataluña. ¡Uffff…!
4.    Principio de la exageración y desfiguración: Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
Si una persona mal formada aparece en algún medio diciendo cosas negativas sobre Cataluña, automáticamente todos los españoles piensan lo mismo o incluso cosas peores. Si esa misma persona apareciera alabando el independentismo, sería un ejemplo de demócrata. Uno de esos pocos españoles que valen la pena.
5.    Principio de la vulgarización: Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
En primer lugar sólo hay que decir que el líder espiritual de los independentistas es Junqueras. Si esto no es adaptar los conceptos al menos inteligente de los individuos, como dirían los intelectuales independentistas, que baje Messi y lo vea.
Vamos al tema de las balanzas fiscales. La propia Generalitat ha publicado varias balanzas fiscales calculadas con metodologías diferentes. Pero, ¿a quién importa eso? Los independentistas sólo publicitan las únicas que les favorecen, sin explicar siquiera la metodología empleada, es decir, qué significan. ¡Qué más da si van dirigidas a tontos útiles que repetirán como loritos que con la indepe seremos la Holanda del sur, o esa Massachusetts del Mediterráneo con el nivel educativo de Finlandia. Ostres, fins i tot em sembla que començo a escoltar el acords del Vilorai!
6.    Principio de orquestación: La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad".
“España nos roba”, “España es antidemocrática”, “expolio fiscal”, “los españoles son quillos; poco inteligentes y mal formados”, “Cataluña mira a Europa y España a América”, y todo ese tipo de chorradas.
Por supuesto, los independentistas son todo lo contrario: ellos son seres superiores.
7.    Principio de renovación: Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
El punto se entiende por sí mismo, pero yo diría que el ejemplo son las tonterías que Homs vomita cada vez que da rueda de prensa. No es el único vocero, eso lo sabemos, otros incluso peores tienen esta misma función siempre con tal de que no se hable de corrupción, paro, recortes sociales, y sobre todo de la inutilidad que demuestran alguno a la hora de gobernar.
8.    Principio de la verosimilitud: Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.
Aquí entra en juego la llamada “sociedad civil”, que yo definiría como S.C.P., es decir, Sociedad Civil Particular (del independentismo), pues todos sabemos que son los mismos perros con distinto collar. Eso sí, siempre obedientes perritos dispuestos a obedecer lo que obligue el amo a cambio de una suculenta subvención.
Indistintamente, este grupo lo incluyen partidos políticos, sindicatos, colectivos profesionales, medios de comunicación, clubs deportivos, actores, algún que otro economista de esperpéntica chaqueta o pelos, profesores, supuestos historiadores, y ese largo etcétera que desgraciadamente conocemos.
9.    Principio de la silenciación: Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
Queda claro que en Cataluña hay cientos de medios de comunicación: diarios, radios, televisiones (me refiero a todo el territorio, incluyendo cosas provinciales, comarcales, locales y todo eso), que para nada son necesarios, pero que se encargan de mantener vivo la conversación que el amo quiere mantener, o que diluyen la que el amo no quiere mantener.
TV3 emitirá las veces que se consideren oportunas esos programas defendiendo las tesis independentistas, pero jamás emitirá un programa con los argumentos de los no independentistas. ¿Lo duda alguien?
10. Principio de la transfusión: Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
Los independentistas son primitivos, y ya sabemos que los colegios catalanes aon una máquina de adoctrinamiento: 1714 fue una guerra de independencia; Cataluña no tiene nada que ver con el resto de España; si no fuera por Cataluña, los españoles se morirían de hambre; son ellos los que odian, no nosotros.
11. Principio de la unanimidad: Llegar a convencer a mucha gente de que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad.
De esto básicamente se encarga la encuesta CEO. Eso sí, con la inestimable colaboración de los siempre solícitos medios de comunicación subvencionados por el régimen.

jueves, 28 de febrero de 2013

Qué no te enteras Junqueras, y la entrevista en El Mundo


Lo que queda claro con la entrevista publicada por El Mundo el pasado viernes 22 de febrero de 2013, es que Junqueras es el auténtico líder independentista en Cataluña tanto por sus atributos intelectuales como por los físicos. Sobre estos últimos, no hace falta perder un segundo en explicaciones por lo obvio; sobre los primeros, sólo hay que prestar atención a algunos de sus argumentos habituales para darse cuenta de que es un simple populista (o el tipo de líder político que más gusta a ese electorado):
1. España es mediocre porque perdió sus colonias. Lo que nos lleva a pensar que él se sentiría orgulloso de ser español si España no las hubiera perdido. O sea, que es un colonialista; cosa que desde luego tampoco sorprende demasiado teniendo en cuenta su política habitual hacia la Comunidad Valenciana y Baleares.
Por otro lado, supongo que España, por perder sus colonias, debe ser tan mediocre como UK, Francia, o la propia Holanda. Y es que me parece que el pobret aún no ha entendido que sólo puede perder algo quién lo ha tenido.

En fin, dejando atrás esta pequeña introducción al cacao mental de Junqueras, y del resto de independentistas, hay que fijarse en el tipo de personaje de izquierdas que es; ese tipo de personaje que no para de perjudicar a la izquierda cuando dice cosas como:
2. El Estado sólo debería hacer inversiones con retorno económico. Lo cierto es que debe creerlo sinceramente, pues en CAT pretenden privatizar la sanidad y la educación (y el resto de servicios sociales sencillamente eliminarlos), supongo que en base a ese tipo de ideología.
Este hombre aún no debe saber que una de las formas clásicas para cohesionar social y económicamente los territorios es invertir en los más desfavorecidos. Un tipo de política que aplican territorios tan intelectualmente inferiores como la propia UE.

3. Por último, dice que si el Estado no favorece la consulta se podrían anticipar las elecciones, y entonces ERC y CiU podrían presentar programas separados pero ambos con un único punto: la independencia. ¡Huy, qué miedo! ¿Es que acaso ahora llevan otros puntos?

Por supuesto, ya ni menciono eso de que Eslovaquia o Eslovenia no pertenecen a la zona euro. ¡Leer para creer!
 Aquí os dejo el enlace: Entrevista a Junqueras en El Mundo