lunes, 15 de febrero de 2021

Algunas reflexiones sobre las #Elecciones14F al Parlament de Cataluña

 

Ya tenemos los resultados casi definitivos (99,8 % escrutado) de las elecciones del 14 de febrero de 2021 al Parlament de Cataluña, una elecciones históricas por ser las primeras, y esperemos que las últimas, que se celebran bajo una alerta sanitaria que ha reducido la participación hasta el 53,5%, la más baja en democracia de unas autonómicas catalanas.


Seguramente, con el paso de los días se podrán extraer conclusiones más sesudas, pero ya existen ciertos datos que saltan a la vista:


1. Segundas elecciones consecutivas al Parlament en las que no gana un partido secesionista, y todo eso en pleno procés.

2. Los llamados “cordones sanitarios” no parecen ser una buena medida para frenar opciones políticas de forma antidemocrática (es decir, intentando coartar la voluntad del pueblo).
En estas elecciones, los partidos secesionistas han intentado 2 cordones sanitarios: uno al PSC y otro a Vox, y en el primer caso han ganado las elecciones y en el segundo han irrumpido en el Parlament como cuarta fuerza.
Recordemos que en Francia le han hecho un cordón sanitario al Frente Nacional desde su aparición, y parece que lo único que van a conseguir es que al final gobiernen por mayoría aplastante, y encima a costa de la izquierda.

3. La baja participación ha favorecido al secesionismo, pero no de la forma aclaparadora (abrumadora) que se esperaba; aunque es cierto que con los peores resultados en conjunto de la historia obtienen un porcentaje mayor de votos que en las anteriores elecciones, y suficientes escaños para volver a hacer un gobierno de perdedores siempre y cuando añadan a otro perdedor más al anterior gobierno de perdedores que conformaban ERC y Junts.
Respecto a esto, y ya que a algunos les gusta últimamente poner en cuestión la calidad democrática, sería interesante hacer algunas reflexiones: ¿Son realmente democráticas (entendiendo democracia como la participación del pueblo en los asuntos políticos?) unas elecciones con baja participación? ¿Para que sirve ganar unas elecciones si luego pueden gobernar los perdedores? ¿Debería implantarse el sistema de segunda vuelta?

4. ERC se consolida como marca blanca de la posconvergència que siempre hará lo que Junts ordene, con lo que se condena a seguir siendo el eterno aspirante acomplejado sin visión propia sobre la catalanidad.

5. El desplome de Ciutadans (Cs), que pierde 900.000 votantes respecto a 2017 es bastante inexplicable con el argumento de que era una formación con voto prestado, pues, desde luego, mucho trasvase a PSC no se puede haber producido porque este partido a duras penas supera el número de votantes de las anteriores elecciones (aproximadamente 44.000 votantes más, que no tienen por qué ser de CS teniendo en cuenta que, por ejemplo, En Comú pierde 132.000). Por otro lado, tampoco se ha producido trasvase de votos de Ciutadans al PP o resto de fuerzas, que obtienen peores números de votantes que en 2017. Cierto que Vox irrumpe en el Parlament con algo más de 217.000 votantes, pero aun suponiendo que todos provengan de Cs (cosa no tan clara porque, repito, el resto de partidos también han perdido votos), es difícil explicar que Ciudadanos pierda 734.832 votantes, según los datos en este momento (resultado de la resta a los 1.109.732 votantes que obtuvo en 2017 menos los 157.529 que ha obtenido en 2021 menos los 217.371 que obtiene Vox). La única explicación plausible es que los votantes de este partido han sido radicalmente abstencionistas, cosa bastante sorprende y digna de un análisis futuro más pormenorizado.


Captura de pantalla de El País, edición digital