miércoles, 30 de diciembre de 2020

Salvador Illa, el candidato de ERC

Tras la renuncia de Miquel Iceta como presidenciable a la Generalitat por el PSC, y la designación como tal del actual secretario de organización de los socialistas, y hasta la fecha ministro de Sanidad, Salvador Illa, pocas dudas quedan acerca de las intenciones del PSC de convertirse en la muleta de los secesionistas de ERC en un futuro gobierno de la Generalitat, seguramente formando un tripartido con En Comú, en caso de que sumen los votos necesarios tras las elecciones previstas para el 14 de febrero de 2021.


Varios hechos, más que indicios, así lo confirman:

En primer lugar, Iceta no sería un candidato del agrado de ERC, ni del secesionismo en general, para formar gobierno, por considerarlo corresponsable de la aplicación del 155, dejando de lado que el actual primer secretario del PSC siempre se ha mostrado bastante beligerante con la actitud de los independentistas e incluso con la de los políticos presos por golpismo. A todo esto hay que sumar que Iceta no se ha cortado y, hasta casi el momento mismo de su relevo como presidenciable, ha seguido asegurando que el PSC no iba a formar parte de ningún gobierno de la Generalitat que incluyera a secesionistas. Por eso, tal vez, ahora ya no está.

Illa, en cambio, es la mano derecha (¿sería más correcto decir izquierda?) de Pedro Sánchez, y uno de los artífices de que finalmente ERC votara a favor en su investidura, por lo que se le presupone una buena sintonía con Gabriel Rufián, que, guste o no, es actualmente uno de los miembros que más influencia tiene en las decisiones de la formación republicana antiespañola. Sabido es, por otro lado, que Pedro Sánchez ha preferido aprobar los presupuestos, y de hecho gobernar, con los ultranacionalistas de ERC antes que con Cs, partido que, hasta que se demuestre lo contrario, parte como principal contrincante de los secesionistas republicanos, tanto que de hecho es el actual partido ganador de las últimas elecciones al Parlament. Asimismo, Illa también se ha mostrado especialmente duro con la gestión de la pandemia de la presidenta de Madrid, y con el PP en general, lo que aún dificulta más un posible acuerdo de los partidos constitucionalistas de cara a formar gobierno en Cataluña en caso de sumar.

Si a todo esto añadimos que el PSOE ya ha hecho diversas concesiones a ERC, como la supresión de la vehicularidad del español en la escuela en la llamada ley Celaá, la cesión en la mayoría de peticiones de los secesionistas sobre las medidas a tomar por el coronavirus, concesiones presupuestarias, o esas sospechosas muestras de simpatía por parte de los responsables socialistas que inevitablemente van a desembocar en la concesión del indulto a los políticos golpistas, parece obvio que lo que se está fraguando es la reedición en Barcelona del pacto de gobierno que actualmente se da en Madrid.


Quien avisa no es traidor, y luego no vale lloriquear cuando los votantes no independentistas que depositen su confianza en el PSC vean como sus votos solo sirven para apuntalar en el govern a un partido secesionista que tiene como uno de sus principales objetivos seguir discriminándoles como si fueran ciudadanos de segunda en su propia tierra.