El pasado 17 de mayo de
2018, Quim Torra tomaba posesión como nuevo president
de la Generalitat entre la polémica que han suscitado sus casi 500 escritos
con referencias xenófobas hacía los españoles, y una buena cantidad de vídeos
de las mismas características, por no citar ya las diferentes acciones en las
que ha intervenido.
Sorprende más que la gente
se sorprenda por las opiniones xenófobas y fascistas de Quim Torra que las opiniones en sí,
pues Torra no ha inventado absolutamente nada sino que solo es un heredero de la tradición ideológica del catalanismo / secesionismo desde sus orígenes, y ahí
están los diversos ejemplos como Prat de la Riba, germans Badia, Agustí Cardona, y tantos otros.
Tal vez, lo que haya
sorprendido es que el secesionismo haya puesto de nuevo su endógeno fascimo xenófobo en el centro del debate político, precisamente en estos momentos en los que
para intentar ensanchar la base social habían intentado disimularla aceptando
que los de la raza norteafricana e inferior se sintieran algo catalanes siempre
y cuando obedecieran como perros las ordenes de los seres superiores con
estelada, participando en sus manifestaciones, acosando a los demás, y sobre
todo dándoles el voto que les permita consumar sus objetivos de ruptura con
España. Por supuesto, todo esto es un señuelo, un vulgar engaño: solo hace
falta echar un vistazo a los apellidos de los altos cargos de la Generalitat
para darse cuenta que los de la raza propia lo acaparan casi todos aunque los
apellidos de los que tienen defectos en el ADN sean mayoría aplastante en la
calle. Es precisamente por esta razón que a estos colaboracionistas con los de
la inteligencia superdotada se les llama tontos útiles, pues en realidad nunca
podrán tener ideas propias, ni hacer críticas, ni nada, sino que siempre serán
simples mascotas.
Luego ya, por supuesto,
están a los que no se les considera ni dignos de vivir en las posesiones
territoriales de la raza estelada, que serían los votantes de PP y C’s, y en
menor medida, dependiendo del día, los del PSC y los comuns (Podemos y sus marcas). Estas hienas son tan despreciables
que si no aceptan el poder absolutista de los arios simplemente se les recomienda
que se vayan de Cataluña, como suele hacer habitualmente toda una expresidenta
del Parlament.
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